SURVIVED THE BOEING 737 - 200
DEDICATORIA
Este Libro se lo dedico a mi querida Madre Graciela María y
mi hijita Antonella Xileme.
Escribir el libro “Sobreviví de un Boeing 737 - 200” me ha costado
mucho sacrificio y esmero; sé que los dolores y sufrimientos
no son nada cuando se tiene un propósito en la vida. Es por
eso que está dedicado a mi señora madre Graciela María
Ugarte Velarde Vda. de Chaparro (Q.E.P.D) y a mi hermosa hija
Antonella Xileme Chaparro Ore, a quienes amaré y recordaré
siempre, por su amor y cariño que recibo y recibiré siempre;
soy producto de lo que ella siempre quiso lograr. Sé que desde
donde se encuentra mi madre, me ayudará a que estas líneas
sean leídas, para lograr la meta trazada.
Le dedico a mi progenitora este libro y a mi hija, cumpliendo
la misión encomendada por Dios con la única intención de
salvar vidas. Nada de esto hubiera sido posible sin su carácter,
dedicación y cariño que siempre demostró; es más, ella me
enseñó a no claudicar cuando hay una meta trazada, aun por
difícil que ésta sea y sé que mi hija seguirá el ejemplo de su
abuelita. Me hubiera gustado hacer un libro sobre la vida de mi
madre, porque muchas mujeres como ella han luchado toda la
vida por su familia, a pesar de estar sola, mérito que engrandece
a mi madre y todas las mujeres luchadoras.
“No hay palabra que haya escrito sin tu ayuda querida Madre”
mi hijita Antonella Xileme.
Escribir el libro “Sobreviví de un Boeing 737 - 200” me ha costado
mucho sacrificio y esmero; sé que los dolores y sufrimientos
no son nada cuando se tiene un propósito en la vida. Es por
eso que está dedicado a mi señora madre Graciela María
Ugarte Velarde Vda. de Chaparro (Q.E.P.D) y a mi hermosa hija
Antonella Xileme Chaparro Ore, a quienes amaré y recordaré
siempre, por su amor y cariño que recibo y recibiré siempre;
soy producto de lo que ella siempre quiso lograr. Sé que desde
donde se encuentra mi madre, me ayudará a que estas líneas
sean leídas, para lograr la meta trazada.
Le dedico a mi progenitora este libro y a mi hija, cumpliendo
la misión encomendada por Dios con la única intención de
salvar vidas. Nada de esto hubiera sido posible sin su carácter,
dedicación y cariño que siempre demostró; es más, ella me
enseñó a no claudicar cuando hay una meta trazada, aun por
difícil que ésta sea y sé que mi hija seguirá el ejemplo de su
abuelita. Me hubiera gustado hacer un libro sobre la vida de mi
madre, porque muchas mujeres como ella han luchado toda la
vida por su familia, a pesar de estar sola, mérito que engrandece
a mi madre y todas las mujeres luchadoras.
“No hay palabra que haya escrito sin tu ayuda querida Madre”
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